Sabias que el árbol y la trufa juntos forman una relación simbiótica. El árbol usa la trama de micelio del hongo como una red de pesca que ese le permita poder absorber agua y nutrientes que por sí solo, o bien no puede asimilar o lo haría en mucha menor cantidad. La trufa obtiene del árbol azúcares que este produce a través de su fotosíntesis. El luegor donde se produce este intercambio son en las raíces de los árboles a través de los órganos llamados micorrizas, la estructura simbiótica. A nivel celular, el hongo absorbe del suelo básicamente fósforo (P) inorgánico, en forma de polifosfatos y nitrógeno (N) mineral, en forma de nitratos. Por el contrario, el almidón almacenado en el árbol es transformado en sacarosa que se descompone en glucosa y fructosa, formas que el hongo puede asimilar.
El nitrógeno es uno de los compuestos esenciales de los organismos vivos, necesario para la síntesis de proteínas. Tuber melanosporum contiene de media un 5% de N. Este puede provenir del suelo o atmosférico fijado por las bacterias que habitan en la misma trufa. ¡Cada gramo de trufa contiene hasta 100 millones de microorganismos!
En el caso de T. magnatum se ha demostrado como estas bacterias fijadoras de nitrógeno juegan un papel importante (Barbieri 2010), aunque esto no se ha podido demostrar para melanosporum.
En el caso de la trufa negra, el micelio que explora el suelo es capaz de absorber el nitrato del suelo y reducirlo. Las formas de glutamato, glutamina y asparragina son los principales aminoácidos trasferidos desde las micorrizas del hongo al árbol. Asimismo podrían ser transferidos desde las micorrizas a las trufas en formación.
Los cuerpos fructíferos, las trufas, no pueden absorber directamente los nitratos del suelo, sino que éstos provienen de las micorrizas en todo momento.
En las micorrizas el nitrato puede ser reducido a amonio, que es luego transferido a la trufa.
En conclusión, el nitrógeno organico del suelo, que proviene de la hojarasca y materia orgánica del suelo, pasa a forma de amonio y nitrato , que es aborvido por las micorrizas, y de ahí, una parte se destina a alimentar el árbol huésped y la otra a la trufa.